lunes, 19 de mayo de 2014

La tarta del novio,
para la boda de Lucía

 
Nunca os habéis preguntado ¿Por qué el pastel de bodas es tan simbólico?
De todos los elementos que forman parte de una boda, ninguno es más representativo como la tarta de boda.  Pero, ¿sabéis su  historia?... Yo no, y por eso me puse a investigar en la red.
De todas las leyenda que leí, la que me gustó fue esta: Habla de las Reglas de Oro para tener un buen matrimonio. En ella se cuenta, que ninguna novia será feliz si para su boda, horneara su propio pastel. Esa acción la condenaría a toda una vida de llena de trabajos. Dice que tampoco será dichosa, si no es ella la primera en cortarlo.
 
Al parecer todo comenzó en la Antigua Roma. La tradición indicaba que la novia debía cortar la tarta con la espada de su marido o, si él no tenía una, con el mejor cuchillo que hubiese en la casa. Al cortar el pastel, ella debía formular un deseo y el novio debía pone su mano sobre la de ella, en señal de que deseaba compartir la buena fortuna con su esposa.
Esta tradición evolucionó y llegó a Inglaterra. Allí en el Medievo, los invitados traían como regalo, pequeñas tartas para que los novios las amontonaran y luego les añadieran una capa de azúcar glasé y repartieran con todos. Las tartas nupciales de hoy en día, al parecer, deben su aspecto a esta práctica y se encarga a pastelerías creativas como la nuestra, ja, ja… para evitar cualquier tipo de maldición.
Actualmente la tarta de boda ocupa un papel importante en el evento. Representa la guinda de la fiesta. La novia selecciona con mucha ilusión cada detalle y decide en qué momento quiere compartirla con sus invitados.
En el caso de Lucía, nos encargó la tarta del Novio. Esa es otra tradición que está llegando a España y va de que como la tarta nupcial siempre va al gusto de la novia, ella para agradecer la gentileza de su marido hace una representando los hobbies o gustos de su chico. 
A Lucía como su marido cumplía años el mismo día de la boda, se le ocurrió darle una gran sorpresa. Con esta tarta personalizada quiso plasma una situación muy cotidiana y placentera de su novio: ir de pesca con sus amigos.
Para hacerla me envió un montón de fotos de ellos y sus amigos. Incluso la del perro de uno de los amigos, quien siempre es motivo de disputas, porque tiene la mala costumbre de ladrar en el peor momento.
Así pues Lucía celebró el día más importante de su vida y el cumpleaños de su marido con esta divertida tarta que sólo ellos comprendían. Convirtió el pastel de boda en el centro de la fiesta. Felicidades Lucía...
 

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